LA GUERRA DE LOS MÁSTERS Y LA PUBLICIDAD IDIOTA.

Ya empieza a cansarme el temita del máster de Cifuentes, pero lo que me parece de tarjeta roja directa es que encima los inútiles del PP pidan que otros que han hecho lo mismo dimitan sin mover a la tal Cifuentes de su trono. Pero vamos a ver, la primera que se debe largar, pero ya, es Cifuentes y tras ella todos aquellos que han falsificado cualquier dato expuesto en su CV en cuestión de títulos oficiales. Me dan verdaderas arcadas cuando de vez en cuando veo en la caja boba un anuncio que textualmente dice: “los españoles son muy exigentes”. Pero que pedazo de publicista dice semejante idiotez (si es que es publicista, claro) cuando en este país no solo no se exige nada, sino que se consiente todo. Nos consideramos avanzados, pero cada día somos más catetos, y orgullosos de ello. Por eso se venden los masters, porque este es el país del mínimo esfuerzo, de vivir con lo mínimo mientras no nos suponga un esfuerzo. De pedir préstamos para ir a la feria de abril, aunque los niños no coman en un mes. Si, señores/as, se piden préstamos para ir a petardear a la feria de abril. Pero trabajar más. Quedarse sin la cervecita de turno, dejar de acudir a un estadio de fútbol, o invertir más en la educación de nuestros hijos… de eso nada, que nos quiten lo bailao. Exigentes dicen, cuando nos pasan por encima pagándonos unos sueldos de risa, con contratos a media jornada y de temporada, cuando la sanidad cada vez es más cara (no la consulta, pero si los medicamentos) y poder acudir a una universidad se ha vuelto una gesta solo apta para hijos de políticos y demás, porque total, que el niño o niña no valen para nada, se les compra el título y tan frescos. Como decía una tonadillera de medio pelo: “dientes dientes, que jode”. Porque mientras jetas como los políticos que tenemos nos mantengan tranquilos, a nosotros nos asta con la cañita y el sol. No he visto tanta sumisión ni en los países donde de verdad te juegas la vida cuando se te ocurre meterte con el gobierno o sus miembros en cualquier grado. Esos países, denominados como pobres, tienen lo que nos falta a nosotros, pelotas. Cuando queramos reaccionar será tarde y mal, como siempre. >En cuanto seamos un problema para Europa nos echarán a los leones y todos aquellos que votaron para poder decir en alto: “Soy europeo» se verán diciendo: “menudo timo lo de Europa”. Pero oye, como mola que en nuestros edificios públicos ondee esa banderita azul que se ha encargado de quitarnos nuestra esencia, nuestra calidad como pueblo… Un país de exigentes…. Que idiotez¡¡¡

GRACIAS.

ANNA LAFONT.