A veces, y solo a veces afortunadamente, me da por pensar. No es que no me guste, es que no me sirve de nada. Pero como soy muy curiosa, me acabará pasando lo que a cualquier gato. Esta mañana, entre los griteríos de vecinos que aun no han entendido que cuando la persona está al lado le escucha perfectamente, me preguntaba: ¿de verdad somos libres? Y la verdad es que creo que la libertad es una de esas utopías que nos vendieron ara hacernos mucho más esclavos. Me explico. Cuando no había tanta libertad, las personas respondían a unos ciertos preceptos, la mayoría de las veces abusivos e incomprensibles. A partir del levantamiento de las prohibiciones, se crearon ciertas leyes para que cuando hicieses uso de la libertad, tan bien vendida, tuvieses que hacerte cargo de las consecuencias. Así la vulnerabilidad de tu propia libertad con leyes más absurdas que la represión en sí, era que esa libertad te costase un montón de cosas por el camino. Por ejemplo: la dignidad, el respeto, la libre elección… Porque no nos equivoquemos, solo accedemos a lo que se quiere que hagamos, lo demás nos trae unas consecuencias disfrazadas de falsa democracia en un país donde por la letra de un rap te mandan a prisión y en cambio por enaltecimiento del odio (Bombardeemos Barcelona) no se mueve un dedo. Por ese mismo caso, unos cuantos raperos norte americanos deberían estar encerrados en Guantánamo. Pero eso solo es la guinda. Nosotros mismos creamos nuestras prohibiciones, seguimos unos cánones que de no hacerlo nos traerían consecuencias nefastas. De vez en cuando hay que hacer un ejercicio de agresión a uno mismo y romper las normas establecidas, y solo en ese segundo eres libre de verdad. Que te apetece salir en pelotas a tomar el sol en tu minúscula terraza a pie de calle, hazlo. Serás la comidilla del barrio durante meses, y los que más hablarán serán los que llenan los prostíbulos y demás con su presencia. Pero eso sí, amparados por el anonimato, con nocturnidad y alevosía. Hemos pasado de que la homosexualidad fuese y se ejerciese en un ámbito totalmente privado y cerrado, a que se haga apología de ella, con exageradas muestras de ello en cualquier parte y a cualquier hora. Por supuesto que cualquier opción sexual es más que válida, pero de momento me he ahorrado ver como una “Ama dominante” saca a pasear con un collar de perro y desnudo a su dominado. Y esa opción es tan legítima como cualquiera de las demás siempre que ambas partes así lo hayan decidido. Seguimos siendo, de hecho (y más que nunca), esclavos de nuestra propia mente y de unas normas no escritas, que por viejuras y obsoletas nadie se atreve a revisar. Hay que mantener las formas… aunque esa posición haga menos divertida la vida. Y tú, dime… ¿Cuánto te aburres?
GRACIAS.
ANNA LAFONT.
La Libertad es como la felicidad, es algo quimérico por momentos se puede alcanzar pero es más el negocio en hacernos creer ambas cosas 😈😈😈😈
Me gustaLe gusta a 1 persona
Abrazo por la tus pensamientos sobre la libertad
Me gustaLe gusta a 1 persona